Países como Francia e Inglatera han conseguido que gran parte de la población deje de fumar, impulsando iniciativas a favor del cigarro electrónico.
La Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UPEV), que cuenta con un sector profesionalizado que apuesta por garantizar, a través de la ciencia e investigación, a los fumadores adultos un producto seguro que le ayude a dejar el cigarrillo tradicional, se une a la iniciativa llevaba a cabo por Anesvap. Esta asociación presentó una recogida de firmas al Ministerio de Sanidad, al Congreso de los diputados y al Senado, con el objetivo de conseguir el apoyo de las instituciones y que defiendan el vapeo como una herramienta para dejar de fumar.
«UPEV nació con el propósito de defender el vapeo como una alternativa al tabaco y ser parte de la solución para erradicar un hábito tan dañino como es fumar. Existe mucha desinformación en torno a los cigarros electrónicos, llegando a equipararlos con el tabaco convencional. Sin embargo, y según el organismo de salud pública inglés PHE, el vapeo es un 95% más seguro que el tabaco, por lo que no se pueden tratar por igual», explica Arturo Ribes, presidente de UPEV.
Por otra parte, según un estudio realizado por Sigma Dos, el 76% de las personas que vapean han dejado de fumar y solo el 17% combina el tabaco y el cigarro electrónico. Asimismo, el estudio saca varias conclusiones entre las que destaca que, una de las principales ventajas, según las personas encuestadas, de usar vapeador es que la salud y la forma física mejora notablemente. En concreto, el 72% afirma haber mejorado su capacidad pulmonar.
«Llevaba años fumando una cajetilla diaria de tabaco. Esto me generó asma, bronquitis, pero no podía dejar de fumar porque me generaba ansiedad. Descubrí por casualidad los cigarros electrónicos y aunque al principio no me convencían, encontré un sabor que fue decisivo para dejar atrás el tabaco definitivamente. Gracias al vapeo no he vuelto a enfermarme de la manera que lo hacía y respiro perfectamente», explica Mapi Lorenzo, exfumadora.
Países como Inglaterra o Francia, llevan tiempo apoyando el uso del cigarro electrónico como elemento para dejar atrás un hábito dañino como es fumar. Por ejemplo, en Inglaterra, a medida que su uso ha ido en aumento, el número de fumadores ha disminuido considerablemente – casi un 20% de la población fumaba en 2011, frente a un 11% que se ha registrado en 2021-.
Por su parte, Francia ha querido seguir los mismos pasos, regulando el uso de esta alternativa al tabaco desde 2019, garantizando un producto de calidad. De hecho, según datos del Ministerio de Sanidad francés, más de 700 mil personas han dejado el tabaco convencional gracias al vapeo.
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