Recientemente, el MUSC Hollings Cancer Center ha proporcionado evidencia más sólida sobre el potencial de los cigarrillos electrónicos como herramienta eficaz para abandonar el hábito del tabaquismo. Lo que distingue a este estudio es que emula el día a día de los fumadores, creando un escenario más realista y cercano a la experiencia cotidiana.
Existen evidencias numerosas y concretas, tanto anecdóticas como empíricas, sobre la efectividad de los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar. Sin embargo, también hay crecientes pruebas científicas que sugieren que estos dispositivos podrían ser la herramienta más eficaz en este difícil proceso. Esta eficacia se atribuye a diversos factores, como la posibilidad de simular la acción de fumar, la diversidad de sabores atractivos disponibles para los usuarios y su eficiente método de administración de nicotina.
En 2022, el prestigioso Grupo Cochrane de Adicción al Tabaco hizo una revisión sistemática sobre el vapeo como herramienta para dejar de fumar. Según los resultados, hay una certeza moderada de que los cigarrillos electrónicos con nicotina ayudan a más personas a dejar de fumar en comparación con otros productos de sustitución de nicotina, como los parches o la goma de mascar. Otro estudio del Grupo indica que, por cada 100 personas que utilizan cigarrillos electrónicos con nicotina para dejar de fumar, entre 8 y 12 podrían dejar de fumar de forma exitosa.
Un estudio novedoso
Ahora, un nuevo estudio publicado el pasado 15 de agosto en la revista eClinicalMedicine, que hace parte de The Lancet Discovery Science, ha reforzado esta idea.
Con el respaldo financiero del Instituto Nacional del Cáncer y utilizando productos adquiridos directamente de NJoy, entre 2018 y 2022, un equipo de investigadores realizó una convocatoria en línea y seleccionó fumadores adultos con distintos niveles de interés en dejar de fumar y con escasa o nula experiencia en el uso de cigarrillos electrónicos.
Los participantes del estudio fueron divididos de forma aleatoria en dos grupos, siguiendo una proporción de 2:1. Al primer grupo se le proporcionó un suministro gratuito de cigarrillos electrónicos con tanque rellenable con líquidos de sabores distintos para ser utilizado durante 4 semanas. A estos participantes se les entregó una batería, un dispositivo y hasta 30 tanques prellenados. Se les ofreció una variedad de cinco sabores diferentes y se les dieron mínimas instrucciones sobre cómo utilizar el dispositivo. El segundo grupo no recibió ningún producto.
El propósito principal del estudio fue describir cómo los participantes adoptaron y utilizaron el cigarrillo electrónico en un contexto natural. Además, como objetivo secundario, se buscó determinar el impacto del uso del cigarrillo electrónico en el comportamiento relacionado con el tabaquismo. Para ello, se hizo un seguimiento durante seis meses y se evaluaron aspectos como:
a) La abstinencia de fumar durante los últimos 7 días (basado en autoinformes);
b) La incidencia de intentos de dejar de fumar;
c) La reducción en el consumo de cigarrillos.
Matthew Carpenter, principal autor del trabajo y codirector del Programa de Investigación sobre Control del Cáncer en Hollings, subrayó que el enfoque del estudio fue integral, abarcando tanto a individuos dispuestos a dejar de fumar como a aquellos reacios, y que se les proporcionó un escaso marco de instrucciones sobre cómo utilizar los dispositivos. Un grupo control, mientras tanto, no recibió intervención alguna. Carpenter señaló: «Se les brindó autonomía total sobre su uso». No obstante, sugiere prudencia al interpretar estos datos. «Si bien el vapeo muestra potencial, no debe considerarse la solución definitiva para dejar de fumar. Es inusual que los resultados sean tan congruentes con las expectativas. Sin embargo, en este estudio, las evidencias fueron inequívocas: los usuarios de cigarrillos electrónicos experimentaron una mayor tasa de éxito en su intento por dejar el tabaco».
Hallazgos sustanciales
Las cifras son claras: quienes formaron parte del grupo de vapeo tenían mayores posibilidades de dejar el tabaco tradicional por completo. Además, registraron una reducción en la cantidad de cigarrillos consumidos y un aumento en los intentos de cesar el hábito, un patrón que se ha observado en estudios previos.
Aunque el plan original de Carpenter era corroborar los informes con pruebas bioquímicas en Charleston, la irrupción de la pandemia de COVID-19 impidió este paso. Sin embargo, confía en la precisión de los autoinformes, una confianza respaldada por investigaciones anteriores.
Llevado a cabo durante cuatro años y con participantes de 11 ciudades de EE.UU., este estudio destaca como el ensayo más profundo realizado en el país sobre cigarrillos electrónicos. Los resultados mostraron que los fumadores que recurrieron al vapeo eran más propensos a reducir o, en determinados casos, cesar completamente su consumo de tabaco. De manera notable, esto ocurrió incluso con aquellos que inicialmente no tenían intenciones de dejar el cigarrillo. Estos hallazgos concuerdan con las conclusiones del reconocido Grupo Cochrane, fortaleciendo la postura de que los cigarrillos electrónicos son una herramienta valiosa para combatir la dependencia del tabaco.
Los autores destacan que «muchas organizaciones de salud pública en los Estados Unidos se centran activamente casi exclusivamente en posibles riesgos, incluso si dichos riesgos están exagerados. Los resultados del presente estudio aportan evidencia adicional de que los cigarrillos electrónicos tienen el potencial de beneficiar la salud pública para los fumadores actuales que prueban los cigarrillos electrónicos al reducir el consumo de tabaco y promover su abandono».
Matthew J. Carpenter et al. «Efecto de la provisión de cigarrillos electrónicos sin guía sobre la adopción, el uso y el abandono del tabaquismo en adultos fumadores en los Estados Unidos: un ensayo clínico naturalista, aleatorizado y controlado». eClinicalMedicine (2023). DOI: 10.1016/j.eclinm.2023.102142
Fuente: Vaping Today
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